Cuando de repente me pongo delante de la pelota de golf con el palo y demás, de repente, es como que se me olvida todo y me concentro mucho en eso y me ayuda a descansar mucho la cabeza.
Podría haberme regalado un vídeo o un juego de palos de golf, pero no, tuvo que regalarme el repelente de mujeres, la pieza más fea de las joyas de la corona.